El Juego
Para poder comprender el significado del juego se nos exige una verdadera visión de la naturaleza infantil, así nos daremos cuenta de que en la naturaleza orgánica infantil simplemente no existe la intelectualidad tan admirada en esta época, por lo que no hay que introducirla en los juegos. El niño, al jugar, naturalmente imitará lo que sucede a su alrededor, si bien, rara vez un niño de cuatro años, por ejemplo, expresará por ejemplo, ser un filósofo. En el juego hay que introducir lo que conozca el niño, lo que no le pase inadvertido.
Las fuerzas de imitación son poderosas a esa edad, y gracias a ello van experimentando, haciendo y creando.
El niño imita constantemente, si lo que le ofrecen es tan grande, el niño lo va a imitar sin poder evitarlo. El maestro tiene que tener esta capacidad tan poderosa que el niño no pueda evitar entrar. Presencia, mirada, estado de ánimo, ¡todo!
El juego libre tiene mucha importancia, porque sólo así, permitiendo el juego en libertad, el que nace del niño, se consigue desarrollar plenamente.
Lamentablemente, hoy en día, el excesivo uso de la sillita, sumado a otros factores como el proceso de gestación y nacimiento, la falta de movimiento libre en el suelo, y la desconfianza de los padres que les impiden sus libres exploraciones, además del excesivo uso de medios audiovisuales en niños cada vez más pequeños y pasar muchas horas del día en espacios reducidos, hace que los niños no siempre puedan cumplir estos hitos motrices con éxito. Sabemos que Rudolf Steiner, así como a partir de los últimos avances de la neurología y autores de renombre como Sally Goddard, que en la motricidad del primer año de vida de los siguientes cinco años, está la base de la organización neurológica, fundamental para el aprendizaje y desarrollo emocional.
Los Cuentos
Los cuentos de hadas, elegidos a conciencia, según el grupo de niños a los que va dirigido y según la estación del año, son un alimento para el alma del niño. Son cuentos vivos que se cuenta a viva voz y que repetidos día a día ofrecen múltiples beneficios al niño; modulan la voz, el ritmo cardiaco, las emociones. Se trabaja la atención, la memoria, la dicción, el vocabulario, la expresividad…
Los cuentos, tal y cómo los contamos nosotras, sin sobrecargar a los niños de imágenes, que si son demasiadas a lo largo del día les colapsan, ayudan a crear imágenes interiores y eso les capacitará después para la adquisición de conocimientos abstractos.
La sencillez y la sensibilidad son nuestras compañeras, hacemos los cuentos vivos y el niño vive con ellos. Los títeres de mesa (elaborados por nosotras) nos ayudan a escenificar algunos cuentos y que los niños también puedan, en ocasiones, participar ellos en los cuentos.
Las estaciones y las celebraciones anuales
Vivir los ritmos de la naturaleza nos da seguridad, bienestar y salud. El ser humano vive interiormente todo lo que acontece en la naturaleza, pero nuestra sociedad y estilo de vida nos hace vivir alejados de esos ritmos. Vivir lo que se siente interiormente llena de sentido todo nuestro hacer.
Nuestra mesa de estación se viste diferente en cada época, nuestros juegos de dedos, rondas, canciones, corros y sobre todo nuestros cuentos, siempre acompañan la época del año. Eso llena nuestros corazones.