El niño pequeño tiene una confianza total en su medio ambiente, lo que lo hace especialmente vulnerable a todo lo que sucede a su alrededor y debido a esta apertura aprende a conocer el mundo a través de sus sentidos. Es por eso que cuidamos todo lo que rodea al niño, proporcionándole en todo momento riqueza de impresiones sensoriales que le permiten una relación auténtica con su entorno, brindándole oportunidades para contactarse con la naturaleza que le rodea a través de:

  • Juguetes que están hechos de materiales naturales, cuidando además la cualidad de sus formas.
  • Alimentación sana; productos naturales y ecológicos.
  • El uso de materiales didácticos adecuados y de gran calidad. Acuarelas hechas con tintes naturales con las que el niño puede entrar en contacto con el brillo y la verdadera cualidad del color, cera de abeja para modelar, lanas naturales de oveja,…
  • El ambiente se cuida con colores suaves en las paredes, espacio libre para facilitar el juego y el movimiento. Rincones de juego para que el niño pueda elegir.
  • Instrumentos y elementos sonoros adecuados (escala pentatónica) que favorecen el desarrollo auditivo del pequeño. Acompañado por los cantos y juegos de la maestra.

 Las estaciones del año y los ritmos de la naturaleza nos envuelven y alimenta.